Ayer 25 de septiembre el Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento cumplió 59 años de trayectoria institucional. Dos ex gobernadores, Ángel Rozas y Jorge Capitanich, hablan del organismo y de su significación en la vida institucional, en esta producción periodística de Mariana Saife, encargada del área comunicacional del Consejo.
Rozas: “Es un excelente instituto”
Con la reforma constitucional del 94 se incorporó el Consejo de la Magistratura a nuestra Carta Magna. Su incorporación tuvo por objetivo que la designación de jueces fuera imparcial. ¿Esto se logró?
A mí me alegró mucho que en el año 94 este instituto se incorporara a la Constitución Nacional. No hay que olvidar que el Chaco fue pionero en esta materia ya que desde el año ‘57 lo tenemos en nuestra constitución provincial. Para mí es un instituto muy bueno para la democracia. Que se puede mejorar y modificar para lograr mayor independencia. A mi modo de ver es un excelente instituto.
¿La composición del Consejo de la Magistratura de la provincia le parece equilibrada?
En principio te diría que sí porque están representados varios sectores: los jueces, el Superior Tribunal, los abogados, los diputados, el Ejecutivo. Hay una diferencia muy importante entre el Consejo de la Magistratura de la Nación y el de nuestra provincia. Nuestra provincia tiene facultades para seleccionar jueces y removerlos. El Consejo de la Magistratura de la Nación ya que además de la designación y remoción de magistrado tiene a su cargo atribuciones de administrar recursos y ejecutar el presupuesto para la justicia federal de todo el país. Desde pagar sueldos, arrendar edificios, reparar techos de un juzgado federal. Las funciones en la nación son amplísimas y en nuestra provincia son más acotadas.
¿Cómo fue su relación con el Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura durante su gestión como gobernador?
-Fue buena, siempre respeté la independencia de los poderes. Incluso tuve muy buena relación con el poder legislativo no solo con gente cercana también con los opositores, no con todos. Pero sí con la mayoría.
A partir del 2013 los jueces del Superior Tribunal de Justicia se seleccionan luego de atravesar un concurso de antecedentes y oposición. ¿Cómo ve este cambio?
Es un avance, una especie de símil de lo que se hace con los miembros de
la corte suprema. Antes había un sistema que yo no inventé, seguí las leyes vigentes en ese momento. Creo que este concurso permite una mayor y constituye una mejora en la calidad institucional
La sociedad tiene bastante desconfianza en la justicia. Según su criterio ¿a qué se debe esto?
La justicia que llega tarde no es justicia, y normalmente la justicia siempre llega tarde. Y entonces la gente está en este sentido disconforme con el funcionamiento de la justicia. Hay jueces que están recargados de causas, a veces falta apoyo tecnológico. La justicia no es una excepción a las problemáticas que tiene el país. Hay reclamos de la ciudadanía que son a veces justos. A veces hay demoras injustificadas. Pero no siempre es así. También hay doctrinas que se aplican en lo penal. Y la gente se queja permanentemente de que a veces los procesados entran por una puerta y salen por la otra. La famosa puerta giratoria-
¿Qué me puede decir sobre esta percepción que tienen los ciudadanos?
Yo siempre en la vida trato de ubicarme en posiciones intermedias. No soy anti garantista, ni súper garantista. No hay que tomar una escuela o una doctrina con criterios fundamentalistas porque siempre lleva a errores y equivocaciones en cualquier orden de la vida. Hay temas en los cuales si se puede aplicar esta doctrina y otros donde el garantismo no puede ser aplicado a rajatablas. Tendrá que tener una interpretación razonable de quien tiene el deber de administrar justicia en cada caso particular.
– Hace un tiempo la Corte Suprema de Justicia declaró aplicable el cómputo del 2×1 para la prisión de un caso de delito de lesa humanidad, ¿cuál es su posición al respecto?
Fue un error que lo pudimos subsanar inmediatamente desde la política. Sancionamos una ley. Yo participé en su sanción como senador. Y pudimos poner fin a esa resolución de la Corte que no fue unánime. Eso fue atentar contra las instituciones democráticas del país, así que estoy absolutamente en contra de esa decisión de la Corte.
Para finalizar ¿desea decir algo más? -Volver a recalcar que el Consejo de la Magistratura es un buen instituto para la democracia y hemos sido pioneros en el Chaco. Se incorporó a nuestra constitución en el año 57. Cuando ni siquiera a las provincias más importantes desde el punto de vista económico se les ocurrió incorporar en ese momento un instituto de esta naturaleza.
Capitanich: “Estoy de acuerdo con ampliar los mecanismos de participación”
¿Cómo fue su relación con el Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura durante su gestión como gobernador?
-Una relación institucional. La justicia durante nuestra gestión fue autónoma e independiente. Jamás levanté un teléfono para hablar de un juez. Nunca tuve injerencia en la designación de los jueces. La instrucción al representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura fue que, a la hora de elegir un postulante para ocupar un cargo en el Poder Judicial, lo haga en virtud de la idoneidad moral e intelectual y conforme a las exigencias constitucionales.
¿Cree que el concurso para elegir jueces del Superior Tribunal fue bien recibido por los actores judiciales y la sociedad en general?
-Creo que, en general, sí ha sido bien recibido. Algunos académicos y abogados criticaron al tribunal examinador porque estimaban que debería estar integrado por juristas reconocidos, pero el proceso de selección marcó un salto de calidad en la historia de nuestra provincia. Hasta ese momento las coberturas de vacantes para jueces del Superior no se sometían a un examen técnico ni a consideración de la ciudadanía. Lo interesante es que hubo una audiencia pública, los que quisieron participar lo hicieron, otro aspecto a destacar es que los candidatos podían ser impugnados. Para producir este cambio, para lograr que la ley que regula el procedimiento se sancione, había que lograr consenso. Entonces dentro de lo deseable, esto fue lo posible.
-¿Qué trascendencia tiene para la vida democrática de la provincia que los jueces del máximo tribunal sean elegidos por concurso?
Le da transparencia al proceso de selección. Como senador, participé en el año 2003, durante la presidencia de Néstor Kirchner, en el proceso de selección de los nuevos miembros de la Corte. Néstor tomó la decisión de terminar con la mayoría automática y someter a juicio político a varios de sus miembros. E impulsó un innovador sistema de selección para los miembros de la Corte signado por la transparencia y la participación de la ciudadanía. Yo presencié las audiencias públicas. A través del Decreto 222/2003 el Poder Ejecutivo se autolimitó en lo que respecta a la elección de miembros de la Corte y se produjo un gran debate sobre el perfil que debían tener sus miembros. Entonces, cuando fui gobernador, instituí un proceso de selección para que los jueces del Superior Tribunal se eligiesen a través de concursos de antecedentes y oposición y con audiencia pública, de manera transparente y sin injerencias políticas. Esto nunca se hizo antes en la Provincia.
¿Qué cosas habría que hacer para mejorar el Poder Judicial?
Los jueces deberían revalidar sus cargos de manera periódica. La sociedad reclama poner límite a las reelecciones y mandatos de los legisladores. Esto también se puede trasladar a concejales, intendentes y miembros del Poder Judicial. En relación con los jueces de la Corte tenemos algunos ejemplos. La polémica instalada con el amparo de la doctora Elena Highton tiene su antecedente en la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso del doctor Carlos Fayt, quien se desempeñó allí hasta los 98 años, un tercio de su vida, siendo durante 33 años el ministro decano. Esto puso en debate si la edad es o no un limitante a la hora de ejercer tal responsabilidad en la función pública. El tema se debatió largamente y se ponía en duda que pudiera conservar sus aptitudes físicas y mentales para desempeñar el cargo. Zaffaroni renunció de manera indeclinable al cumplir los 75 años, cumpliendo con lo que dice la Constitución. Los jueces deben cumplir con la Constitución.
¿Le parece equilibrada la composición del Consejo de la Magistratura? ¿Qué opina usted?
-Estoy de acuerdo con ampliar los mecanismos de participación. Me quedó pendiente como gobernador lograr que en las empresas públicas, como Sameep y Secheep, estén representados los usuarios. ¿Por qué no pensar entonces en un Consejo más abierto, con representación de los empleados judiciales o con miembros elegidos por el voto popular? Además, también podría cambiarse el tribunal que elige a los miembros del Superior.
-Para finalizar, una pregunta de actualidad. Hace poco tiempo la Corte Suprema de Justicia declaró aplicable el cómputo del 2×1 para la prisión en un caso de delitos de lesa humanidad. ¿Cuál es su posición sobre este tema?
Los tres jueces de la Corte Suprema que firmaron el fallo del 2×1 deberían renunciar o ser sometidos a juicio político. Después habría que modificar la jurisprudencia del máximo tribunal y evitar que se libere a los represores condenados por delitos de lesa humanidad. Es un fallo vergonzoso por las características técnicas y las derivaciones políticas del mismo. Aplicaron una ley que ni estaba vigente al momento de producirse el hecho ni al momento de dictarse la sentencia. Es una interpretación jurídica de carácter aberrante. Forma parte de una agenda política, que consiste en negar la política de derechos humanos en base a memoria, verdad y justicia. Pero este fallo tuvo una condena unánime de la mayoría del pueblo argentino, que salió a la calle para demostrar su rechazo por la sencilla razón de que la política de derechos humanos, de memoria, verdad y justicia, forma parte de la conciencia de la gente.
Esta entrevista fue publicada en el diario Norte el 26 de septiembre de 2017. http://www.diarionorte.com/article/157574/dos-exgobernadores-hablan-del-consejo-de-la-magistratura-a-59-anos-de-su-puesta-en-marcha