Entrevista a la Defensora General de la Nación

Stella Maris Martínez, Defensora General de la Nación.

La Dra. Stella Maris Martínez, Defensora General de la Nación, visitó nuestra provincia para participar en las IV Jornadas Nacionales de la Defensa Pública, realizadas los días 19 y 20 de noviembre en la ciudad de Resistencia. Para nuestra provincia, las jornadas se han celebrado con el trasfondo del reciente desdoblamiento del Ministerio Público y la creación de las figuras del Defensor General y el Defensor General Adjunto.

Con ocasión de su presencia en las jornadas, pudimos conversar con la Dra. Martínez, que tuvo la gentileza de recibirnos, sobre los estándares de una defensa integral y eficaz, las cualidades deseables en los defensores o los procedimientos de elecciones, entre otros asuntos.

Pregunta─ En el acto de apertura de la jornadas se refirió usted a la necesidad de unificar los estándares de defensa pública en la República Argentina… ¿Hay desigualdades en el sistema jurídico?

Dra. Martínez─ Hay desigualdades entre una provincia y otra en cuanto a los estándares de eficiencia. Y no puede ser que un ciudadano que viva en la ciudad de Buenos Aires esté mejor defendido que uno que vive en Chubut. Cada provincia adoptará su propio modelo de defensa, pero esa forma nunca puede atentar contra estándares elevados de prestación de servicios.  La defensa tiene que ser eficiente en toda la Argentina. Para que lo sea, nuestra postura es que los defensores deben tener autonomía e independencia, libertad y contar con un presupuesto adecuado. La provincia del Chaco dio un paso importante al desdoblar el ministerio público. Luego se tendrá que luchar por obtener presupuesto, por tener más cargos… La ley es un principio, y luego viene toda una etapa de reclamos. Tiene que haber recursos humanos y materiales, o la defensa no va a poder avanzar. El país tiene que garantizar en todas sus provincias, en las ciudades y en el campo el acceso a la justicia y a la defensa integral y eficaz.

P─ ¿Por qué la autonomía?  

Dra. Martínez─ No es que nosotros creamos que los procuradores vayan persiguiendo a los defensores. Eso sucede en algunas provincias cuando a los procuradores no les gusta que los defensores interpongan muchos recursos. En nuestro país hay una fuerte presión por el tema de seguridad, a veces exagerada en la percepción que tiene la gente de los delitos. Entonces el procurador, que tiene una única dotación presupuestaria, tiene que diseñar a la vez una política de persecución de los delitos, de defensa de las personas que persiguieron esos delitos y de acceso a la justicia de las personas más vulnerables. Por la presión social y mediática tiende a favorecer más a los fiscales y a nombrar más fiscales. Cuando los procuradores son jefes tanto de los fiscales como de los defensores, tienden a defender más los intereses del fiscal. Para un defensor no es lo mismo, psicológicamente, si su jefe tiene una visión de defensor y es capaz de respaldar su posición en la corte o en el sistema interamericano.

P─ ¿La solución?  

Dra. Martínez─ Lo ideal es que haya dos figuras, separadas y equiparables en rango y jerarquía, con objetivos diferentes. Una que luche por una adecuada política de persecución de delitos, por garantizar los derechos de las víctimas, por una respuesta institucional adecuada.  Y otra que proporcione una defensa de calidad a las personas acusadas de cometer delitos, que son inocentes hasta que se dicte una sentencia que diga lo contrario; y también por garantizar el acceso a la justicia de los sectores vulnerables. Las víctimas de violencia de género, los menores, los pueblos aborígenes, las personas pobres tienen derecho a esta defensa, que no sólo se ocupa de lo penal, sino que proporciona asesoramiento jurídico en varias materias.

P─ En nuestra provincia se está sustanciando el proceso de selección de Defensor General, que se realiza a través de concurso de antecedentes y oposición. ¿Cómo se elige el Defensor General de la Nación?

Dra. Martínez─ En la Nación hay concursos de antecedentes y oposición hasta el cargo de Defensor Adjunto. El Defensor General se elige de la misma forma que los Ministros de la Corte Suprema de Justicia y que el Procurador General. El Defensor General es propuesto por el ejecutivo y sometido a un control público, la gente puede opinar, cuestionar al candidato propuesto.  El poder ejecutivo revisa las impugnaciones. Si las considera adecuadas, no envía el pliego al senado; si las considera inadecuadas, sin argumentos ni razones, envía el pliego. Luego se hace una Audiencia Pública, donde es invitada a participar la comunidad. Luego de esa segunda audiencia pública, el Senado tiene que otorgarle el acuerdo. Es un sistema que no prevé la oposición, el examen.  A mí me gusta más el procedimiento de selección que hay ahora en el Chaco, ya que evita que la designación sea sólo política. 

P─ ¿Ese ‘sólo’ va subrayado?

Dra. Martínez─ Y sí, en el proceso de elección de los magistrados y funcionarios hay un acuerdo político. Nosotros enviamos una terna para elegir al resto de los defensores, pero es el ejecutivo el que elije y la selección final es política.  Hace 20 años, en la Argentina el sistema de selección de los defensores era solamente político.  Me parece muy importante que en el Chaco tanto un Juez del Superior Tribunal, como el Procurador General y el Defensor General se elijan luego de atravesar un concurso de antecedentes y oposición con una instancia de participación ciudadana.

P─ ¿Qué cualidades hay que tener en cuenta a la hora de elegir a un Defensor General?

Dra. Martínez─ En primer lugar tiene que tener un acabado conocimiento de lo que es el Derecho de Defensa.  Hay muchas situaciones críticas que tiene que asumir el Defensor General y tienen que ver con esto.  Por ejemplo, hemos tenido que defender a muchos militares acusados por delitos de lesa humanidad. Entonces, el  Defensor General tiene que saber a quién elegir y plantear la estrategia de la defensa. Tiene que estar preparado para desarrollar políticas de defensa que alcancen todos los ámbitos. La defensa no es solamente hacer lo que nos dicen los jueces, ese viejo concepto de defensor como personaje residual para cuando no había un abogado particular. Los defensores oficiales deben ser proactivos, no sólo trabajar en el ámbito judicial sino utilizar mecanismos alternativos para solucionar conflictos, con un compromiso con los derechos humanos. La visión del nuevo perfil de defensor debe ser amplia y global, ir más allá del expediente, no reducirse a la defensa técnica. No es ‘voy’ cuando me llama el juez, sino ‘voy’ cuando me necesita la gente. 

Trayectoria de  la Dra. Stella Maris Martínez.

Stella Maris Martínez (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1951) es abogada, egresada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en 1975; licenciada en Criminología en la misma Facultad, egresada en 1984; y doctora en Derecho por la Universidad de Salamanca (España). Ingreso a la justicia en 1977 como secretaría de un juzgado de instrucción. Desarrolla su carrera en la Defensoría, desde 1988, como Defensora Oficial de Pobres, Ausentes e Incapaces del Fuero Criminal y Correccional; como Defensora de Cámara ante tribunales orales desde 1993; y como Defensora Oficial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde 2001. En el año 2010 fue designada Defensora General de la Nación Argentina. Junto a su relevantísima trayectoria profesional e institucional, la Dra. Martínez atesora también una intensa y extensa experiencia como docente, ensayista y conferenciante.

TEXTO DE MARIANA SAIFE. Responsable de prensa del Consejo de la  Magistratura del Chaco. Noviembre del 2015.

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